El
caso ficticio de Adrián es perfectamente un claro caso de acoso. Los síntomas
son claros:Niños que no paran de burlarse o meterse con él, indiferencia por
parte de los adultos que ven en esas duras críticas “juegos o cosas de niños”…
El coctel perfecto para el inicio de Bullying.
En
mi opinión el centro debe ser el primero en tomar medidas. Es cierto, que la
mayoría de las veces, las peleas o broncas en los patios, si son “cosas de
niños”. Pero cuando el caso es reincidente, y más con un alumno en concreto, la
cosa debe empezar a preocuparnos
Cada
centro debe tener diversos documentos que dejen registrado el Plan de actuación
en caso de acoso; como el Proyecto Educativo de Centro o el Proyecto de Patio.
Allí pueden recogerse las causas y consecuencias del posible acoso. Además, se
debería informar a los padres de todas estas normas y documentos para que
también ellos participen en la vida escolar, y se enfrenten al bullying.
Respecto
a las reacciones del jefe de estudios y de la tutora, diré que básicamente
evitan el problema. No hacen nada al respecto, se pasan la “pelota” unos a
otros sin solucionar nada. Parece que no lo ven o que no quieren encargarse de
ello. No preguntan a la victima, dejan que todo pase, y que igual así se
acabará el tema.
Yo,
si fuera la tutora de Adrián, lo primero que haría es llamar a las partes
implicadas (acosador/res- acosado) y que me contasen su visión u opinión de los
hechos. Les haría ver qué está bien y qué está mal, pondría a uno en la
situación de otro, y realizaría una ficha de convivencia para resolver conflictos.
Si la cosa siguiera igual o fuera a más, pondría un parte grave al acosador o
incluso la expulsión temporal del centro.
Tampoco
debemos olvidar el comportamiento de los demás compañeros. Ellos también son
acosadores, pero pasivos. El no hacer nada al respectos, como defender a Adrián
o avisar a un profesor, les convierte en acosadores también.
Debemos
trabajar mucho más los valores cívicos en el centro.
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