lunes, 21 de noviembre de 2016

Metodologías activas

Desde siempre, el aprendizaje ha seguido una metodología tradicional. Los alumnos eran pasivos y debían memorizar los contenidos que el profesor explicaba. El maestro era el protagonista y el modelo a imitar. El currículo era rígido e igual para todos. La evaluación iba dirigida únicamente a los resultados, y los contenidos eran únicamente conceptuales.

En cambio, la metodología activa se introdujo a partir del siglo XIX con una adaptación del sistema educativo haciéndolo flexible según las características de cada individuo. El papel protagonista, lo llevan los alumnos y el profesor guía el proceso de enseñanza-aprendizaje y motiva sus intereses. Se trabajan según los intereses y necesidades de los alumnos y los contenidos son del tipo conceptuales, procedimentales y actitudinales. Los libros pasan a un segundo plano haciendo del aprendizaje una experiencia. La evaluación va dirigida al proceso de aprendizaje. Se introduce el concepto de globalización y las materias se entrelazan alrededor de una idea central. Tiene carácter lúdico, creativo e interactivo.
Gracias a esta metodología, los niños experimentan y expresan sus opinones, son responsables de su aprendizaje, reflexionan, toman conciencia de entorno, se autoevalúan, tienen pensamiento crítico, trabajan en grupo...
Para practicar la metodología activa podemos utilizar 3 metodologías:
1- Aprendizaje por proyectos. En mi centro llevamos 3 años trabajando poco a poco de esta forma, y se ve una mejora en los resultados de los alumnos.
2-Uso de las TIC, tanto en el aula como en casa. Para completar, investigar, crear...
3- Trabajar un día a las semana las emociones. A los niños no se les escucha, y menos en su entorno; ya que todos tienen una vida muy ocupada. Así pues, dedicando una hora a la charla y reflexión a modo de tutoria podrían resolverse muchas cuestiones, entre ellas los conflictos.

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